El futuro de la medicina se está escribiendo hoy, y su tinta es una combinación de biología de vanguardia y computación avanzada. Las terapias avanzadas —que comprenden la terapia génica, la terapia celular y la ingeniería de tejidos (incluida la impresión 3D)— representan una revolución en el tratamiento de enfermedades complejas, desde el cáncer hasta los trastornos genéticos y los problemas orgánicos. En este escenario de innovación sin precedentes, la Inteligencia Artificial (IA) no es un mero complemento, sino el catalizador esencial que está redefiniendo cada etapa del proceso.
La transformación científica en el laboratorio
La IA está haciendo posible lo que hasta hace poco era inimaginable en el ámbito de la investigación. En lugar de procesos manuales que consumen tiempo y recursos, los modelos de aprendizaje automático permiten optimizar la producción de elementos críticos.
Por ejemplo, la IA puede diseñar los virus que actúan como vectores para llevar genes terapéuticos a las células o perfeccionar los procesos de fabricación de células inmunes modificadas, como las terapias CAR-T. Esta optimización no solo aumenta la eficiencia, sino que también eleva la precisión en tareas delicadas como la corrección de ADN y la monitorización en tiempo real de la impresión 3D de andamios para nuevos tejidos.
El impacto de estas innovaciones en el sector salud y la investigación es profundo. Las instituciones punteras y los principales centros de investigación están viendo cómo organismos reguladores clave, como la FDA y la EMA, ya aprueban estudios que integran la IA, lo que facilita y acelera los ensayos clínicos y la llegada de tratamientos al paciente. Esta aceleración se traduce en una previsión de crecimiento espectacular: se espera que el mercado global de terapias avanzadas alcance los 39.55 mil millones de dólares en 2032, con la terapia CAR-T sola proyectando un crecimiento de 10.39 mil millones de dólares en 2024 a 128.55 mil millones de dólares en 2034.
El marco estratégico europeo y el desafío de la colaboración
Para capitalizar esta ola de innovación y asegurar que las instituciones de la región se mantengan a la vanguardia, la inversión pública y la coordinación estratégica son vitales. La Comisión Europea ha puesto en marcha la Estrategia Europea de Inteligencia Artificial en la Ciencia (2025), un plan ambicioso para fortalecer la posición económica y la competitividad a nivel global.
Esta estrategia se materializa en iniciativas como RAISE (Resource for AI Science in Europe), concebida como un instituto virtual destinado a concentrar y coordinar los recursos esenciales: talento, capacidad de cálculo, datos y financiación para la IA. Proyectos de esta envergadura buscan combatir la fragmentación de recursos y la dificultad de acceso a las infraestructuras de supercomputación, que son retos persistentes para los grupos de investigación.
Para las entidades de alto nivel, la clave está en contar con estructuras especializadas que acompañen a las instituciones en la gestión de estos nuevos marcos y el acceso a la financiación. Por ejemplo, la inversión europea a través del programa Horizonte Europa ha superado los 8 mil millones de euros en IA desde 2021. La coordinación para movilizar fondos como los 108 millones de euros destinados al piloto RAISE requiere un conocimiento profundo de las prioridades de financiación y de herramientas como las futuras Gigafábricas de IA, diseñadas para triplicar la capacidad de computación de la UE.
El próximo paso en la innovación
La promesa de tratamientos mejores contra el cáncer, los trastornos genéticos y la regeneración de órganos está al alcance. Sin embargo, persisten desafíos de acceso y distribución que deben ser abordados con una visión estratégica y un enfoque riguroso. En un entorno donde la velocidad de la innovación es crítica, la colaboración con expertos externos que faciliten la interacción con estos complejos marcos regulatorios y de financiación es la piedra angular para que los descubrimientos de los laboratorios se conviertan en soluciones sanitarias reales.
Acompañar a las organizaciones en este viaje de transformación digital y acceso a la financiación pública es fundamental. Las instituciones que logran articular sus necesidades científicas con las prioridades de inversión europeas y nacionales, y que diseñan modelos de transferencia tecnológica sólidos, son las que están asegurando su liderazgo en la nueva era de la medicina. El conocimiento especializado sobre la intersección entre la investigación avanzada y la gestión estratégica de la innovación es hoy el factor diferencial para que los avances de la IA en terapias avanzadas lleguen con éxito a la sociedad.


