Participar en una convocatoria competitiva de investigación para las acreditaciones y ayudas públicas de «Centros de Excelencia Severo Ochoa» y de «Unidades de Excelencia María de Maeztu» es una oportunidad estratégica para posicionar a la institución como un referente de liderazgo científico y proyección internacional.
Cada apartado de la memoria refleja la excelencia del equipo, la capacidad de innovación y la visión de futuro de la organización. Para destacar frente a otras propuestas no basta con cumplir los requisitos; es necesario transmitir una narrativa sólida, coherente y ambiciosa que inspire confianza en los evaluadores y evidencie el salto cualitativo que la institución está dispuesta a dar.
A continuación, se ofrecen algunas pinceladas clave para construir una candidatura sólida y competitiva para las convocatorias Severo Ochoa y María de Maeztu.
Equipo: alineado con la convocatoria
En primer lugar, la organización en su conjunto ha de estar alineada con la convocatoria presentada, más allá de los investigadores individuales seleccionados como garantes. Para ello es necesario establecer una comunicación entre el director científico y el equipo de investigadores con el resto de la organización.
En este sentido, el primer paso en la elaboración de la memoria es la elección del director científico y del equipo de garantes. Este equipo de trabajo tiene especial relevancia ya que debe de:
- Incluir aquellos miembros del centro o unidad con una mayor proyección científica internacional. Deben enfocarse especialmente en el liderazgo académico y participación en proyectos europeos y transferencia.
- Tender a que el equipo sea paritario.
- El director científico y los garantes no han de estar cercanos a su jubilación en las fechas de fin del proyecto.
Documentación: completa, concisa y coherente
La idea de esta convocatoria es que las instituciones den un salto hacia delante saliéndose de su área de confort. Para ello los planes de acción no deben de ser continuistas, sino suponer una transformación profunda de la organización.
La principal dificultad de los requisitos de la documentación es la limitación de caracteres, algo que hay que considerar antes de empezar a escribir. Si el equipo escribe memorias largas con la intención de reducirlas en la versión final, el texto pueda contener incoherencias que resten puntuación a las memorias.
Por otra parte, dentro de las bases y de la aplicación se recogen una serie de temas que hay que incluir en cada uno de los apartados. Es imprescindible mencionarlos todos, en caso contrario, los evaluadores restarán puntuación a la memoria.
Dos elementos fundamentales dentro de la documentación a presentar son la memoria de investigación y el plan estratégico. Este apartado recoge algunas pautas esenciales para asegurar que ambos documentos estén alineados con los objetivos de la candidatura.
Memoria de investigación:
Dentro del apartado de resultados de investigación, hay que elegir las 10 contribuciones más destacadas. Para ello, se debe tener en mente el capítulo de Análisis de publicaciones dentro del anexo I. El objetivo es que la tabla de este anexo esté lo más cubierta posible.
A la hora de elaborar este anexo, hay que tener en cuenta que es uno de los pasos que más tiempo requieren. Solo para recopilar los datos necesarios se recomienda la dedicación de una persona a tiempo completa durante al menos dos meses. Dentro del apartado de benchmark de este anexo, aparte de los datos académicos, en la comparativa hay que claramente incluir información sobre recursos humanos, económicos, etc. Asimismo, las comparaciones se han de justificar mediante ratios entre las categorías mostradas.
Plan estratégico
Como se indicaba anteriormente, es necesario preparar esta convocatoria con suficiente antelación. La experiencia nos muestra que las propuestas generadas uno o dos meses antes del plazo final de la convocatoria obtienen puntuaciones sensiblemente inferiores a las meditadas durante al menos seis meses de trabajo continuado
El plan de acción debe ser coherente y basarse en la experiencia del equipo (garantes y director científico). Además, las plazas de personal investigador solicitadas tienen que estar claramente ligadas a las líneas definidas en el plan.
En este sentido, también es clave establecer bien las líneas estratégicas del plan: deben servir para reforzar las sinergias entre las áreas de investigación ya seleccionadas o, en su caso, abrir una nueva línea con potencial para reforzar el liderazgo científico de la unidad o del centro.
Por otro lado, hay que mencionar claramente los objetivos académicos, de recursos humanos, de transferencia y de colaboración internacional en las secciones correspondientes mediante indicadores de ejecución. Además, estos indicadores deben recogerse en el apartado correspondiente del anexo II. En cuanto al capítulo de colaboración internacional, conviene reflexionar sobre qué nuevos partners pueden ayudar a cumplir los objetivos del plan estratégico, y no limitarse solo a los que ya tienen una colaboración consolidada.
En definitiva, concurrir a las convocatorias Severo Ochoa y María de Maeztu exige mucho más que cumplir con unos requisitos formales: implica proyectar una visión ambiciosa, capaz de situar a la institución en la vanguardia científica internacional. Una memoria bien elaborada, coherente con la estrategia del centro y respaldada por un equipo sólido, no solo aumenta las probabilidades de éxito en la evaluación, sino que también se convierte en una herramienta de posicionamiento y diferenciación a largo plazo.
En este camino, contar con el apoyo de una consultoría estratégica especializada puede marcar la diferencia, aportando metodología, visión externa y experiencia en procesos similares que ayudan a maximizar la coherencia de la propuesta, optimizar los recursos y reforzar la competitividad de la candidatura. Apostar por la excelencia, la planificación rigurosa y la innovación en la propuesta es, en última instancia, apostar por el futuro y la consolidación del liderazgo científico de la organización.